Testamento twitero y apuntes sobre el 8M
Es un adiós parecido al que en su momento me hizo dejar el blog: la sensación de completa inutilidad ante lo que se viene, o ya está, encima. En este caso, la celebración eufórica del movimiento por los derechos de la mujer. Cuando, probablemente, este 8M lo que hemos vivido es el principio del fin de este movimiento.
Muchas y muchos habrán revivido este día sensaciones parecidas a las que muchos vivimos en los días del 15M. Todos sabemos como ha terminado esto: en partidos políticos sostenidos , en absoluto de manera inocente, por grupos mediáticos, que repiten algunas de las peores características de lo que se llamó la vieja política. Y que han absorvido a algunos de los actores desea vieja política que también despertaron en su momento esperanzas y cada día que abren la boca nos decepcionan más, como es el caso de Alberto Garzón.
Digo que es el principio del fin por que se ha buscado la complicidad de los grandes medios de prensa y televisión para ensanchar la base y aceptación del movimiento, cuando esos medios no tienen más intención que diluir las reivindicaciones del mismo hasta convertirlo en lo que es actualmente el orgullo gay: una máquina de hacer dinero. Unos medios que han elegido tácitamente y por cuenta propia como cara del movimiento en España a Leticia Dolera, una persona que no ha tenido el menor reparo en reconocer que no ha dado los nombres de sus acosadores, porque, en resumen, no le interesaba. Es lógico que hayan elegido a una persona como Dolera; digamos que Barbijaputa, de momento, no dá demasiado bien como portada en las revistas femeninas y de tendencias, aunque todo se andará.
Unos medios que ya están realizando –para eso les pagan- la tarea de convertir a Ciudadanos, Cristina Cifuentes o Inés Arrimadas como icono de la lucha por las mujeres. Causa asco y vergüenza ver a personajes como Ana Rosa Quintana, Susana Griso haciéndose selfies embutidas en sus abrigos de pieles en los paros de sus compañeras periodistas, que encima parecían competir por inmortalizarse con sus ídolas. Que nadie lo dude: la destrucción de lo que debería ser el movimiento por los derechos de la mujer en España vendrá provocado por el sector periodístico, tal vez el más abyecto, arribista y que más dejación de sus funciones éticas ha realizado en este país que cada día dá mas asco.
Si uno ya tenía el estómago revuelto a causa de la contemplación de estas cosas, lo que ya terminó de provocarme el vómito fue la lectura de esto. O sea, la gente increpando a aquellas que probablemente se dejan los cuernos un día sí y otro también en la lucha de los derechos de las mujeres, no solamente los días en que se hace mediante selfies y whatsapps. Mientras quienes Anas Rosas, Grisos y similares poco menos que se les acogía llevándoles a hombres. En este momento fue ya cuando dije paren que yo me bajo del barco.