El Blog de John Constantine

Impresiones de un bastardo profesional.

Friday, December 22, 2006

Una canción de navidad

Debían ser, calculo el mes de diciembre del año 1986. Y después de más de 20 años, sigo recordando la escena como si fuera hoy. Estaba de vacaciones, en nuestro pequeño comedor, sentado en el suelo, y viendo una serie de vídeos musicales, que TVE1 tenía por costumbre emitir a tacadas.

Y de repente, el inicio de una canción me dejó hipnotizado. A mis tempranos 14 años, en los larguísimos 6 minutos que duraba, sus notas marcaron a fuego en mi corazón el único deseo que he ido conservando desde los últimos días de mi niñez, a través de la adolescencia y de mi juventud... juventud que, en estos momentos, da ya sus últimas bocanadas.

Esa canción me ha acompañado durante todo este tiempo. A veces, como un rayo de esperanza en estas fiestas tan melancólicas, cuando parecía que el futuro no ofrecería el amor que uno busca. Otras veces, como una espina clavada que, a cada momento, me recordaba lo imposible de conseguir a la persona deseada.

Cada vez que oigo "Last Christmas" deseo estar con alguien especial en Navidad. Si, son tópicos muy gastados, pero desearía que alguna vez, al mirar los ojos de alguien, pudiera ver reflejada las luces de navidad en lo más profundo de mi ser. Sí, deseo estar en una habitación bañada por el calor y la luz de una chimenea, como aquella vez en que era casi un niño... pero convertido ya en un hombre. Y saber que mi esperanza no era un mero capricho adolescente.

Felices navidades a todos. Y a los que tenéis alguien a vuestro lado para compartirlas,mi envidiaañadida .

Wednesday, December 20, 2006

No me voy

Dicen muchos escritores que la escritura es un proceso mágico; que una suerte de alquimia surge del momento en que los pensamientos y emociones dejan de ser una mera idea y se convierten en letras , ya sea en la superficie de un papel o en la pantalla de un ordenador.

Me identifico mucho más con lo que expresó en cierta ocasión Miguel Delibes, creo recordar que en la entrega del premio Cervantes: la escritura es un proceso doloroso, en el que una parte de uno mismo deja de pertenecerle para ser propiedad de los demás, de cualquiera que desee apropiarse de ellas.

Y esta es la razón del silencio de este blog. No cabe duda de que las cuestiones laborales y personales también pesan. Pero durante estos últimos dos meses, multitud de ideas bullían en esa caldera de aprendiz de brujo que es mi mente... pero no he querido traspasarlas a los demás. Les tengo cariño, y otras veces he visto que el conjuro de plasmarlas dejaba en el camino gran parte de su contenido emocional. El resultado no era satisfactorio, muchas vece smás en el fondo que en la forma.

Pero me niego a dejar el blog. Sería demasiado fácil. Así, que tras varios días de proponérmelo, escribo estas líneas. Sí, con esfuerzo. Pero también con satisfacción.

Y como estamos en la época del año que mas emociones me inspira, tanto negativas como positivas, espero postear al menos 3 o cuatro veces antes de que termine el año.

Saludos si queda alguien que me oiga...