El Blog de John Constantine

Impresiones de un bastardo profesional.

Thursday, July 13, 2006

Cerrado por vacaciones

Bueno, pues hoy me marcho de vacaciones. Sólo serán 3 semanitas, pero dado que suelo postear desde el lugar de trabajo, pueeees.....Aunque espero poner alguna cosilla desde casa de mis hermanos. O no.

Ni que decir que muchísimas gracias a todos aquellos que me siguen leyendo, y que espero recargar pilas estas 3 semanas para poder postear un poco más frecuentemente.

Y, al estilo de algun anterior presidente del gobierno, que facilitaba a los medios sus lecturaspara el verano, con el fín de que nos enteraramos de lo ilustrado y culto que era, pues me voy apermitir algunas recomendaciones de lo más relajante para el verano. No son obras muy conocidas, pero son de lo más agradables:

DVD: Un paseo para recordar, Cosas que hacer antes de cumplir los 30, Love Actually, Jugando con el corazón

Libros: El sueño eterno (Raymond Chandler), El eco Negro (Michael Connelly), el diario de Noah (Nicholas Sparks), Esperando un respiro (Terry McMillan)

Discos: Babyface - The Hits, Bob James - Urban Flamingo, Bob James & David Sanborn - Double Vision, Scritti Politti - Provision, Peter Cetera - One more story

En el caso de los DVD y discos, y aunque está muy feo, sabes que podéis recurrir a cierto cuadrúpedoen vias de extinción para acceder a ellos, sobre todo teniendo en cuenta que alguno no están a la venta en España.

Saludos y nos vemos el 7 de agosto

Wednesday, July 12, 2006


Parece mentira, pero...

¿A que no os imaginais qué es lo que mas ha gustado a los críticos USA que han visto "Miami Vice"?
La interpretación de Luis Tosar. Sí, nuestro Luis Tosar.
"Luis Tosar, a balding, bearded guy with the most piercing eyes I've seen anywhere in a long time" (hollywood-elsewhere.com)
"But even more surprising were Luis Tosar and John Ortiz as the baddest bad guys in the piece. Tosar plays the Kingpin, Jesus Montoya, who doesn't move much, has a fifth level of hell beard and facial hair (the most powerful on-screen eyebrows since Belushi) and an absolutely terrifying calm. " (David Poland ).
Parece que Bardem debió recomendar a su colega cuando trabajo con Mann en "Collateral", y bien les ha salido.
Enohrabuena por él. Aunque no sé porqué todos los actores españoles (Bardem, Tossar, Mollá) terminan haciendo de precisamente de narcos en los blockbusters americanos...

Tuesday, July 11, 2006

...Pero cada vez mejor
Y en contraposición a lo comentado en el anterior post, todavía tengo en la memoria, por ejemplo, el magnífico episodio de CSI "Brass en Hollywood", en la que los guionistas habituales de la serie nos cuentan, en apenas 45 minutos, un relato de la serie negra mas pura y con mayúsculas, aprovechando a uno de los personajes secundarios de la serie, el inspector Brass (Paul Guilfoyle), un magnífico actor de amplio currículum en el mundo del cine que , en sus episódicas apariciones en la serie, deja siempre patente su buen hacer y personalidad. Un episodio que, manteniendo las constantes temática y de ritmo de la serie, nos sumergía en los aspectos clásicos del "hard boiled": el detective fuera de su entorno, la corrupción política, los problemas personales que abruman al protagonista...
Es precisamente el apartado de los personajes secundarios el que más distingue a CSI Las Vegas de sus "sucursales". Así, indudablemente, CSI Miami es "el show de Horatio" y, con todos sus amaneramientos y tics, es innegable que David Caruso es el alma de la serie, estando los personajes de la parte de New York menos detallados en su conjunto.
Pero en CSI Las Vegas todos los personajes están admirablemente definidos, aunque sea por un mínimo detalle, que les hace reconocibles y humanos, al mismo tiempo: la ludopatía de Warrick, el pasado de Sarah, los problemas familiares de Willows, la ironía y distanciamiento de Brass, la simpatía y extroversión de Greg, la cojera del jefe de los forenses... Personalmente, Greg Sanders, el joven especialista en ADN reconvertido en investigador del CSI, es mi preferido junto con Brass, tal vez por la simpatía que inspira su inseguridad en su nuevo cometido. O tal vez porque toda su simpatía y extraversión dejan entrever, de vez en cuando, una personalidad mucho más sensible y compleja de lo aparente.
¿Y Grissom? Ha llegado un momento en que uno no sabe cómo juzgarle. Sin llegar a los extremos odiosos del Doctor House, sus reacciones ante los problemas de los demás son a veces tan científicas -y no producto de una coraza para impedir que le afecten- que desconciertan a sus seguidores más acérrimos. Y su incapacidad -o negativa- a cualquier tipo de relación sentimental es tan digna de estudio como de antipatía...o de lástima.

Empeorando lo presente

Supongo que mi opinión está en franca minoría, pero después de ver el ya famoso episodio "Peligro sepulcral" de CSI (Las Vegas), dirigido por Quentin Tarantino, sigo pensando que el director se encuentra en un callejón sin salida tanto comercial como artístico.

Comercial porque, pese a que las dos entregas de Kill Bill funcionaron correctamente en taquilla, en el hipercompetitivo mundo del cine de serie A norteamericano no pueden ser consideradas como un éxito. Y mucho me temo que sus principales valedores, los hermanos Wenstein, no está dispuestos a arriesgar gran cantidad de dólares en una nueva aventura cinematográfica llena de homenajes al cine pop, pulp y de género más recalcitrante. Así, tanto su útima aventura en la producción, la insoportable "Hostel" como su próxima película "Grind House" carecen de presupuestos y estrellas importantes, y sólo el propio caché del director las salvan de caer de lleno en la serie "B".

Y artístico por que las señas de de identidad de Tarantino se han convertido claramente en tics, y éste parece incapaz de descubrir nuevas formas de expresar su innngable talento visual.Por que si algo deja claro este episodio de CSI es la incapacidad de Tarantino de aparcar o, cuanto menos, actualizar sus constantes cinematográficas: los dialogos interminables con referencias a la cultura de masas, su afición a desnaturalizar la violencia con un humor más o menos discutible, su gusto por lo macabro y sangriento, por la manipulación del lenguaje cinematográfico (la secuencia de la autopsia de Nick)... Confieso que, en una serie como ésta, que siempre ha tratado con elegancia exquisita los detalles más sangrientos, y también los más emocionales del mundo del crimen, hubo momentos en los que sentí indignación por la despreocupación y arrogancia de Tarantino al acercarse a un mundo que, si bien está muy cercano a su universo personal, se me antojó demasiado grande y sutil para sus posibilidades.

Al final, lo que hemos obtenido es un episodio efectista, de muy buena factura técnica, que habrá satisfecho a sus incondicionales y a los amantes del cine más angustioso, pero que se olvida con facilidad una vez desconectado el mando de la TV.

Thursday, July 06, 2006

La lluvia

Verlaine, tal vez el más maldito de los poetas franceses, tiene unos versos que al leerlos te dejan como una marioneta caída:
"LLueve sobre la ciudad
como llueve sobre mi corazón
¿que tendrá esta humedad
que me moja el corazón?"
...
Verlaine tenía la gran ventaja de que su corazón podía mojarse. Hay veces que el alma está convertida en polvo seco, como arena, y al recibir el agua sólo se transforma el algo al estilo del barro o lodo. O es una especie de piedra dura, o de cristal, de tal manera que las gotas de lluvia caen y resbalan por sus caras, ya sean rugosas y afiladas. Sin hacer efecto apenas, salvo el mínimo desgaste que provoca la erosión. Y tras miles y miles de gotas de lluvia, a lo largo de los años, se desgasta por completo en su exterior. Al final, después del desgaste, puede quedar una pequeña porción que sí se moja. Es como si el corazón hubiera sido un robusto cofre destinado a guardar la parte más preciosa.

O también puede suceder que esa parte sea como el diamante. Valiosa, indestructible, dura. Que la capa exterior, pese a su fortaleza, era sólo el preludio de lo que hay dentro. ¿Cómo sería la lluvia que caía sobre la ciudad en que vivía Verlaine? ¿Sería una lluvia fina, suave, esa que nos encanta sentir sobre la cara cuando paseamos? ¿O sería un chaparrón inmisericorde? ¿Una catarata de agua interminable que nos hace sentir la ropa pegada al cuerpo como una segunda piel?

El corazón ...¿es una esponja que que se puede mojar sin problemas, o un paño que con el agua pierde su forma y belleza originales? ¿Que es preferible... el lienzo mojado y húmedo o el diamante resplandeciente? . Aún a riesgo de que el diamante quede oculto para siempre, de que nunca haya demasiada lluvia como para desgastar el exterior y mostrarlo a la vista, creo que lo prefiero. O que lo elegí ya hace mucho tiempo, y es imposible transformar un diamante en otra cosa. Es lo más duro de la naturaleza, ¿no?