El Blog de John Constantine

Impresiones de un bastardo profesional.

Wednesday, March 15, 2006

El conde de MonteCristo (II)

No sé la razón, pero es curioso que, pese a la cantidad de películas -algunas de ellas, excelentes- que se han hecho sobre las obras de Dumas, se hace difícil identificar de manera definitiva a los actores que los han encarnado con sus personajes. Así, habrá gente que recordará Dartagnan con los rasgos de Gene Kelly o Michael York, mientras los más jóvenes tal vez le pongan la cara de Chris O´Donnell...

Con el Conde de MonteCristo pasa algo parecido... o no. Los espectadores españoles de cierta edad seguramente asocien automáticamente la imagen del Conde con la de Pepe Martín, protagonista de una magnífica adaptación realizada por TVE en 1969 y que , para qué negarlo, constituyó para quien esto escribe la primera imagen icónica de Edmundo Dantés.

Dejando de lado la multitud de adaptaciones tanto italianas, como francesas, mejicanas, etc, que la obra ha tenido, me gustaría centrarme en las tres más recientes que además, han podido verse por TV más o menos de manera habitual. La más cercana en el tiempo es "La venganza del Conde de Montecristo", dirigida por Kevin Reynolds y con Jim Caviezel, Richard Harris y Guy Pearce en los papeles de Edmundo, el Abate Faria y Fernando de Morcef. Aparte de los tópicos hollywoodenses que lastran la película, pero que uno puede aceptar de manera predeterminada, la cinta sufre del mismo problema que casi todas las adaptaciones de "El conde..." al cine: la imposibilidad de reflejar en una duración más o menos limitada el aluvión de personajes que intervienen en la novela. De este modo, los personajes de Haydee,Morell,Valentine, etc como en otras muchas versiones, son eliminado de escena, así como los sucesos del carnaval en Italia, de la última aparición de Danglars...

Por otra parte, Caviezel es en ocasiones un intérprete demasiado introspectivo; y si eso redunda en cierto favor de su interpretación como "Conde", por otro lado le impide representar con convicción la dualidad de personalidades entre éste y Edmundo, que es uno del los principales atractivos del personaje. Y si bien la interpretación de Pearce como un Morcef más temible de lo habitual equilibra algo la balanza, uno tiene siempre la impresión de estar ante un "gran espectáculo" made in Hollywood y no ante una historia salida de la pluma de Dumas. Pese a todo, el resultado final de la película es de largo muchísimo más digno que la sonrojante versión de "Los 3 mosqueteros" dirigida años ha por Stephen Herek. Un film de aventuras de capa y espada de los que ya casi ni se hacen, y que parecen haber encontrado en Reynolds ("Robin Hood, príncipe de los ladrones") a su último y discreto valedor.

Si, como ya hemos comentado, uno de los principales problemas de la obra original es su extensión, no cabe duda de que el formato de serie televisiva podría resultar el ideal para su translación. De este modo, la miniserie dirigida por Josee Dayan en 1998 lo tenía todo a priori para resultar la adaptación definitiva, gran presupuesto, un reparto principal prestigioso (Depardieu, Ornella Muti, Jean Rochefort, Michel Aumont), un director curtido en grandes miniseries... Y, aunque mi opinión parece en franca minoría, se convierte en el más absoluto de los fracasos.

Por que a la miniserie no se le pueda negar su factura "de lujo" y su magnífico acabado a nivel técnico. Pero, en primer lugar, desperdicia todo el potencial que su extensa duración le ofrecía, hurtando en gran medida los mismos personajes y situaciones que suelen hacerlo las versiones para la gran pantalla. La adaptación que los guionistas del relato a partir de que Edmundo adopta la personalidad del Conde es en ocasiones sonrojante, incluyendo el final de la misma; y los pocos detalles que permanecen fieles al relato original no logran quitarnos la sensación gran oportunidad perdida.

Por desgracia, la propia selección de intérpretes termina siendo un lastre para el film. De hecho, el más convincente parece ser Gillaume Depardieu, en su encarnación del joven Edmundo. Por que en lo que se refiere a Depardieu padre, éste naufraga totalmente en si interpretación. En primer lugar, por que hay que hacer un ejercicio de imaginación muy grande para imaginarse a un prisionero en una mazmorra durante más de una decena de años, con el físico rubicundo y potente del actor francés. Se imponía, nombres aparte, un actor de físico mucho más frágil para encarnar al conde. Pero además, Depardieu nunca logra hacernos creer su transformación en "Conde", limitándose a ofrecer una repetición de tics interpretativos más o menos eficaces pero en absoluto convincentes.

El mismo desacierto en la elección de "casting" se repite , además, en varios personajes, siendo el ejemplo más lamentable el de Morcef, interpretado por un Jean Rochefort ("el marido de la peluquera") en exceso anciano e histriónico, imposible de imaginar como militar -aunque sea retirado- o como marido de una todavía exhuberante Ornella Muti. La miniserie, en fin, puede hacer las delicias de los aficionado a los "Grandes Relatos" televisivos, pero en absoluto agradará -pienso- a los fanáticos del relato original.

En mi -opinión, la mejor adaptación es la que protagonizara Richard Chamberlain en una magnífica "tv-movie" dirigida en 1974 por David Greene, y que hemos podido disfrutar ya más de una vez por televisión. Chamberlain es un actor principalmente televisivo, de gran popularidad en los años 70 y 80 por series como "Dr Kildare" ó "El pajaro espino", y que siempre ha demostrado una cierta energía en sus trabajos que en esta ocasión desarrolla muy acertadamente para dar vida al joven Edmundo. Además, su físico delgado y anguloso le proporciona una aire aristocrático y ciertamente algo enfermizo, ideal para un personaje como el Conde que se supone aristocrático y cadavérico, un tanto al estilo del Lord Ruthven imaginado por Lord Byron. Curiosamente, Chamberlain siempre ha sido un actor muy ligado a adaptaciones de obras de Dumas, habiendo protagonizado otra excelente versión televisiva de "La Mascara de Hierro" (dirigida por el hoy famoso Mike Newell) e interpretado el papel de Aramis en la ostentosa versión de "Los 3 mosqueteros" producida por los hermanos Salkind.

Acompañando a Chamberlain se encuentra un magnífico reparto que , esta vez sí, se ajustan a sus papeles de manera ejemplar. Así, actores como Tony Curtis o Louis Jourdan, que en muchas ocasiones han interpretado a los héroes de otros relatos (¡Jourdan interpretó a Edmundo Dantés en una versión francesa!), encarnan a un Morcef y Villefort a los que no imaginamos como meros juguetes de los planes de Dantés, sino que tienen el suficiente empaque para aparecer como adversarios temibles. Y otros actores de renombre como Trevor Howard (en el papel del abate Faria) o el siempre pusilánime Donald Pleasance solventan a la perfección sus apariciones. Sin embargo, el mayor mérito hay que otorgarselo al actor protagonista; Chamberlain consigue hacernos ver , en todo momento, que el Conde de MonteCristo y Edmundo Dantés son el mismo individuo, pero con intereses, sentimientos e incluso propósitos totalmente contrapuestos, dotando al personaje de un cierto toque de desgarro ausente en otras muchas adaptaciones.

Se puede objetar que, al igual que en otras versiones, se han descartado demasiadas situaciones de la novela. Pero en esta ocasión, los guionistas han intentado hacer aparecer, aunque sea de manera mucho más episódica, gran parte de lo que en otras adaptaciones fue desechado y olvidado. Y las nuevas aportaciones, incluyendo un final mucho más desesperanzado que el del relato original, y un vibrante duelo final a espada entre Morcef y MonteCristo, consiguen algo casi imposible: mejorar el ritmo de un argumento que en su concepción original por Dumas y Maquet parecía imposible de superar.

Y pese ha que ya han pasado más de 30 años desde la realización de esta pequeña obra maestra (que demuestra todo aquello que la TV puede ser capaz de ofrecer en manos de profesionales), se hace difícil pensar en adaptaciones superiores sobre todo en el terreno cinematográfico; y en el caso de la televisión, la notoriedad y el éxito -exagerados- que la versión de Depardieu parece haber cosechado, descartan la realización inminente de nuevos intentos. Todo sea que la americana HBO (autora de seriales de género de impresionante calidad como Deadwood o Carnivale ) decida juntar , como suele hacerlo , a un impresionante elenco de estrellas y ofrecernos la versión definitiva, con todos sus hechos, personajes y consecuencias, de la venganza de Edmundo Dantés.

4 Comments:

Blogger LazyGirl said...

A mi me gustó Depardieu en Cyrano de Bergerac, pero no en El Conde de Montecristo...

¿Que actor propondrias para ese papel, si estuviera en tu mano elegirlo?

5:15 AM  
Blogger John Constantine said...

Pues la verdad es que como ya he dicho, creo que Chamberlain, aunque no es una gran estrella, lo hizo pero que muy bien. Es que habría que encontrar a alguien que pudiera hacer las dos encarnaciones, que fuera creíble como, por una parte, persona inocente y por otra parte, hijo de perra despiadado. Y además tendría que estar bueno, para daros el gustazo a las chicas. Es el problema del "star system" ,que nos venden una imagen un tanto unidimensional de los actores.
¿Por que no le preguntamos a Vampi, que es la experta en actores atractivos y tal?

8:38 AM  
Blogger Ira said...

Bueno, he estado pensando quien podria hacerlo, pero es imposible! no veo a nadie en ese papel. De veras, Edmundo es demasiado para cualquiera...

2:04 AM  
Anonymous Anonymous said...

Pues yo propondría a Christian Bale para el papel de Edmundo, me parece que es un actor que a la vez que tiene fuerza transmite mucho.

11:43 AM  

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