El Blog de John Constantine

Impresiones de un bastardo profesional.

Monday, August 28, 2006

Luces de la ciudad

Con el invierno, uno no sólo guarda en los cajones ropa de verano o utensilios. A veces, incluso guardacostumbres u emociones que, como ese vestido o traje que nos encanta, olvidamos sin un motivo aparente.

Eso es lo que me ha pasado este año. Hasta ya empezado Agosto, había olvidado completamente el placer de mis aficiones mas sosegadas. Se trata de una de las terrazas de mi casa, de tamaño medio, pero con una fantástica vista nocturna de las luces de la ciudad.
En las noches de verano,es casi hipnótico quedarme apoyado en la barandilla, con algo de beber y música tranquila. Jazz, preferiblemente,a algo de rythm and blues o standards. Y dejar que las luces de la ciudad le atraviesen a uno como si fueran gotas de lluvia, arrastrando consigo todas las preocupaciones del día.

Y a pesar de toda su belleza,en esos momentos, procuro no mirar a la luna. Me recuerda demasiado a un espejo colgado del cielo en el que se reflejan las emociones propias. Y que además, las devuelve como si fueran saetas cargadas de sentimientos. En esos momentos prefiero no pensar o sentir nada.

Bienvenidos al club de los corazones rotos

Este fin de semana he podido ver, a través de las experiencias de alguno de mis amigos, que lo de encontrar pareja, y más a ciertas edades,sigue siendo igual de "fácil" que casi siempre. O sea, Mission:Impossible. O casi.

Tambien compruebo que esta dificultad muchas veces alarga innecesariamente, y de manera incluso dolorosa, relaciones a las que debería ponerse fin. Al menos, por el bien de alguno de sus integrantes, cuando no de ambos. Pero parece que el miedo -o pánico- a no poder encontrar otra persona motiva que la gente aguante el tipo en situaciones insostenibles que se sostienen a veces durante años.

Y veo como la falta de sinceridad es una plaga que no sólo afecta a las relaciones, sino a los proyectos de éstas. Cómo dos personas que, en principio estan juntas por que se aman o desean, tratan a su pareja de una manera que uno sólo se imagina dirigir a a personas por las que no se siente ninguna estima.

Compruebo, para mi pesar, el enorme riesgo emocional que supone ser el mejor amigo/a de alguien de sexo contrario al tuyo. Porque, indefectiblemente, una de las dos personas va a desarrollar sentimientos más fuertes que los de la otra persona. Y si además, la otra persona posee novio -voy a ser malo y personalizar los géneros-, el suicidio afectivo está garantizado.Cuando no la posibilidad de que la otra persona, conscientemente o no, manipule tus sentimientos y juegue con ellos como si de una pelota de frontón se tratase.

Lo que mas miedo, o gracia, me da de todo es que todo esto parece confirmar tres o cuatro teorías personales mías sobre las relaciones con las chicas - algunas de ellas bastante groseras- que he usado medio en broma, medio en serio para justificar durante los últimos años mi soltería.Teorías personales que, para mi asombro, muchos de mis conocidos empiezan a aceptar rotundamente, cuando yo era el primero en no tomarlas demasiado en serio.

Y lo de "a través de las experiencias de alguno de mis amigos" no es una excusa para enmascarar mis propias experiencias. Hace ya casi más de 6 años que, después de varios infructuosos intentos seguidos, abandoné la búsqueda de pareja. Nunca he tenido claro si lo hice por cansancio, por miedo (al rechazo), por orgullo (herido)... El caso es que, no se si por fortuna o por desgracia, 6 años después, estoy completamente vacunado.

Y, pese a que me siguen gustando muchísimo las mujeres, ando con pies de plomo en mis relaciones con ellas y procuro jamás pasar de una agradable confianza, sin dar pié a ningún tipo de sentimiento más profundo. Y soy completamente consciente de que, en el camino, he dejado pasar oportunidades estupendas de conocer a fondo a mujeres interesantísimas. Pero, por desgracia,y sopesando los riesgos... no me arrepiento en absoluto.

A mis 34 años disfruto de una , para mi sorpresa, envidiada por muchos libertad. Si a eso le sumamos una casa pequeña pero acogedora, coche, trabajo, etc, la verdad es que , cuando soy lo suficientemente inteligente para apreciarlo, me dan ganas de pegarma cabezazos contra la pared de la suerte que tengo. Y, curiosamente, no echo de menos alguien a mi lado que comparta toda esa felicidad que a ratos siento.

Supongo que con la edad te vuelves mas egoísta.

Monday, August 21, 2006

La frase del año:

"Ser español es saber perder"

Viggo Mortensen, en una entrevista sobre el próximo estreno de "Alatriste".

O cómo resumir en 5 palabras los últimos 400 años de la historia de España.

Wednesday, August 16, 2006

Por qué me cuesta tanto escribir en mi blog.

Pues ésta podría ser la pregunta retórica para millones y millones de blogeros. Y en mi caso, lo más sorprendente es que generalmente me sobran temas, comentarios, opiniones...

Supongo que mi problema radica en mi método de escritura. De manera gráfica, imaginad un corazón con una pequeña fisura de la que empiezan a manar letras como una fuente. Pues así es en mi caso. Tengo el imperdonable defecto de escribir con el corazón. La inteligencia supongo que la reservo para mis horas laborales. El cinismo y la compostura para las relaciones "en sociedad". Pero cuando coloco los dedos sobre el teclado para escribir estas líneas, casi ni pienso en lo que voy a escribir. Las palabras fluyen solas, y es inquietante como el ritmo de las pulsaciones es casi inmediato a los pensamientos en mi cabeza.

Supongo que podría en algun post adoptar una pose más distante. O más informativa, o más irritante. Pero no sería yo. Es cierto que tengo muchas dudas sobre lo que soy, pero generalmente tengo muy claro lo que no soy. O lo que no me gustaría ser. Lo que no quita para que muchas veces termine actuando de esa misma manera.

Y así, una semana después de lo prometido, retorno al blog.

Los pecados de Grass.

Me ha hecho cierta gracia la reacción del pensamiento liberal y católico -no les gusta que se les llame derecha- ante la recienteconfesión del pasado Nazi de Gunter Grass. Como siempre me ocurre en estos casos, no deja de asombrarmela poquísima capacidad para el perdón cristiano que padecen quienes presumen de su filiación religiosa. Más en individuos con usos personales tan poco católicos como P.J. Ramírez o de una actitud tan caínita como la tropa de F.J. Losantos.

Como ha destacado algún que otro analista certero, lo que más me revienta de la confesión de Grass es el momento elegido parala presentación de la misma: la publicación de un libro de sus memorias. Da la impresión de que el veterano autor no se resiste a pasar a un segundo plano de la actualidad, tras la concesión de Nóbel, o de que las perspectivas editoriales de su biografíanecesitaban de un empujoncillo en forma de revelaciones escandalosas para conseguir levantar la necesaria polvareda mediática.

Y humanamente , ¿qué pienso?. Pues no me sorprende. Desde hace mucho tiempo comprendo -mucha gente es incapaz de ello- que la calidad artística no tiene absolutamente nada que ver con la humana. Supongo que en la civilización occidental tenemos todavía demasiado arraigada la creencia de que las musas premian con el don del talento a aquellos que lo merecen. Pero es demasiado evidente que individuos anodinos -pienso en Marcel Proust, un burgúes con una vida personal de lo más aburrida- o con actitudes personales más que deplorables -Cela, Umbral, Borges- han sido unos artistas de verdadero talento y mérito.

¿Invalida esta confesión, como dicen gran parte de los articulistas, todos los juicios morales que Grass ha podido emitir a lo largo de los años? Pues para mí que no. Hablo de los juicios, no de la consideración de sus persona. Es más, creo que les da áun más valor. Sólo los santos y los iluminados pueden hablar de algo que desconocen. Cuando Grass ha estado alertando, desde hace tantos años, a sus conciudadanos de los peligros del neofascismo, no lo hacía desde una posición utópica oteórica. Lo hacía desde la posición de alguien que, en su momento, no pudo, no supo o no quiso ver el infierno en que se había transformado la sociedad alemana.

¿No fue Nietzsche el que dijo "Cuando miro el abismo, este me devuelve la mirada"?